Cómo influye la temperatura del suelo en su rendimiento

La temperatura del suelo desempeña un papel fundamental en el crecimiento de los cultivos y en la productividad general de las explotaciones. Conocer con precisión los datos de temperatura del suelo es clave para optimizar las operaciones agrícolas, desde la siembra hasta la cosecha.

Temperatura del suelo para la siembra

Germinación de semillas

Los cultivos tienen unos requisitos de temperatura para la germinación. Sembrar demasiado pronto o demasiado tarde puede hacer que se desperdicien semillas.

Crecimiento de las raíces

Los suelos cálidos favorecen el crecimiento y permiten a las plantas absorber agua y nutrientes. Los suelos fríos ralentizan el crecimiento y la capacidad de la planta para absorber la humedad.

Ciclo de nutrientes

Los microbios del suelo descomponen la materia orgánica y liberan nutrientes. Los suelos fríos ralentizan la actividad microbiana, reduciendo la disponibilidad de nutrientes.

Crecimiento de malas hierbas

El control de la temperatura del suelo ayuda a los agricultores a programar el control de las malas hierbas. Algunos herbicidas funcionan mejor cuando la temperatura del suelo oscila entre 10 y 13 °C.

Eficacia de los plaguicidas

La aplicación de plaguicidas fuera del intervalo de temperaturas recomendado puede reducir el rendimiento y aumentar la presión de las plagas.

Captación de agua

Los suelos fríos dificultan la absorción del agua por las raíces. Los cultivos tempranos pueden sufrir estrés hídrico aunque el riego sea adecuado.

Conozca los datos de su suelo local

Estimar la temperatura del suelo basándose en la temperatura del aire o en informes regionales a gran escala puede conducir a errores costosos. La temperatura del suelo varía considerablemente en función de las condiciones locales, como el tipo de suelo, los niveles de humedad y la topografía.

Estas diferencias crean ventanas de siembra únicas de un campo a otro. Los datos locales de temperatura del suelo proporcionan información en tiempo real específica para cada campo, lo que permite a los agricultores evitar depender de estimaciones regionales generales.

Con este nivel de precisión, los agricultores pueden tomar decisiones mejor informadas sobre cuándo plantar, aplicar fertilizantes o controlar las malas hierbas. Estos datos son cruciales para mejorar la eficiencia, minimizar el desperdicio de insumos y, en última instancia, aumentar el rendimiento.

Mediciones de la temperatura del suelo al inicio del periodo vegetativo en la isla danesa de Lolland

Maximice el rendimiento con una sonda de temperatura del suelo

Las lecturas locales de la temperatura del suelo permiten a los agricultores conocer mejor las condiciones de sus campos, lo que garantiza que decisiones como la siembra, la fertilización y el riego se basen en datos específicos del campo en tiempo real.

Estas mediciones precisas ayudan a optimizar cada decisión de cultivo para satisfacer las necesidades del entorno único de cada campo.

Mediante el uso de datos locales, los agricultores pueden responder más eficazmente a los microclimas y a las sutiles variaciones que afectan a la salud del suelo y al crecimiento de los cultivos. Así se obtienen mejores rendimientos y un uso más eficiente de los recursos, maximizando la productividad en todas las partes de la explotación.

Cordulus Farm sonda de temperatura del suelo visualizada con un campo marrón de fondo
Estación meteorológica Cordulus en un campo, midiendo la temperatura local del suelo en un día soleado

Datos precisos e históricos sobre el suelo

La estación meteorológica Cordulus utiliza una sonda de temperatura del suelo fabricada para soportar condiciones duras. Con una malla de acero inoxidable, cable resistente a la humedad y mediciones precisas, los agricultores pueden confiar en datos consistentes y en tiempo real.

Para algunos cultivos, puede que necesite enterrar el sensor a una profundidad superior a los 10 centímetros estándar. Nuestro cable de 3 metros te ofrece muchas opciones.

Gracias a los datos locales sobre la temperatura del suelo, los agricultores pueden programar la siembra a la perfección, evitando el riesgo de heladas inesperadas o la pérdida de días críticos de crecimiento. Este nivel de precisión reduce el riesgo de mala germinación y garantiza que los cultivos tengan el mejor comienzo posible.