Todas las obras de construcción están sujetas a una serie de riesgos: algunos son previsibles, como los retrasos de los materiales y la escasez de mano de obra, mientras que otros son más difíciles de prever. Uno de los factores más imprevisibles y potencialmente costosos es el tiempo. Las condiciones meteorológicas adversas pueden alterar los plazos de construcción, dañar los materiales y crear entornos de trabajo peligrosos. A medida que los patrones climáticos se vuelven cada vez más erráticos, la importancia de planificar estos riesgos resulta innegable.
Una evaluación exhaustiva no se limita al cumplimiento de los protocolos de seguridad; se trata de integrar la resistencia al cambio climático en todo el proceso de construcción. Este enfoque ayuda a anticiparse a los retos y a proteger tanto a los trabajadores como a los recursos.
En este artículo analizaremos los costes ocultos de ignorar los riesgos meteorológicos, cómo medir su impacto y cómo crear flujos de trabajo resistentes para capear el temporal, tanto en sentido literal como figurado.
En muchos proyectos de construcción, el coste financiero de las perturbaciones meteorológicas no siempre es evidente. A menudo se ocultan en categorías presupuestarias genéricas como "imprevistos" o "retrasos", por lo que es fácil pasarlas por alto. Sin embargo, el desglose de los costes específicos revela el verdadero impacto de las condiciones meteorológicas adversas en el balance final de un proyecto.
Costes de mano de obra ociosa
Cuando las condiciones meteorológicas son inseguras, los trabajadores cualificados deben permanecer a la espera de que mejoren las condiciones. Por cada día que se retrasa el trabajo, el proyecto incurre en costes de mano de obra adicionales. Con un gran equipo de trabajadores en la obra, esto puede acumularse rápidamente con el tiempo.
Tiempo de inactividad del equipo
La maquinaria pesada expuesta a condiciones meteorológicas extremas -ya sea lluvia, nieve o calor intenso- requiere un mantenimiento y recalibrado más frecuentes. En algunos casos, puede ser necesario sustituir toda la maquinaria si los daños son lo suficientemente graves. Estos costes imprevistos pueden hacer descarrilar fácilmente el presupuesto de un proyecto.
Costes de reconstrucción
Las inclemencias meteorológicas suelen provocar daños materiales. Por ejemplo, las fuertes lluvias pueden arruinar el hormigón recién vertido, o el viento puede derribar andamios. En algunos casos, los equipos de construcción pueden tener que demoler y reconstruir secciones de un proyecto, lo que añade importantes costes de mano de obra y material.
Penalizaciones contractuales
Los contratos de construcción suelen incluir penalizaciones por retrasos, y estas penalizaciones no siempre tienen en cuenta la causa del retraso, especialmente si no se planificó adecuadamente el impacto de las inclemencias meteorológicas. Si no se incluyen en los contratos cláusulas adecuadas sobre las condiciones meteorológicas, el equipo del proyecto puede enfrentarse a sanciones económicas por los retrasos causados por fenómenos meteorológicos inevitables.
Al incorporar los riesgos meteorológicos a los modelos financieros en una fase temprana del proceso de planificación, los promotores pueden proyectar con mayor precisión el coste total de propiedad y evitar costosas sorpresas.
La gestión del riesgo consiste en saber a qué nos enfrentamos. Una evaluación sólida del riesgo de las condiciones meteorológicas va más allá de etiquetas vagas como "riesgo moderado" o "alto impacto". Para tomar decisiones con conocimiento de causa, la dirección y los equipos deben asignar valores mensurables y basados en datos a los riesgos meteorológicos. Este enfoque ayuda a priorizar tareas, justificar presupuestos de contingencia y comunicar claramente los riesgos potenciales a las partes interesadas.
He aquí tres estrategias clave para cuantificar los riesgos meteorológicos en una obra:
Simule el impacto en el calendario
Utilice datos meteorológicos históricos y modelos de probabilidad meteorológica para estimar el impacto que los distintos escenarios meteorológicos podrían tener en el calendario de construcción. Por ejemplo, una estación inusualmente lluviosa o un frente frío inesperado podrían retrasar todo el proyecto. Al modelizar estos escenarios, los equipos pueden prever mejor los retrasos y planificar en consecuencia.
Puntuación de tareas sensibles al clima
Algunas actividades son especialmente sensibles a las inclemencias del tiempo. Tareas como la construcción de tejados, el vertido de hormigón y el montaje de acero pueden verse gravemente afectadas por la lluvia, los fuertes vientos o las temperaturas extremas. Asigne puntuaciones numéricas de riesgo a estas actividades para determinar qué tareas deben programarse en función de las condiciones meteorológicas favorables.
Convierta el riesgo en términos financieros
Para cuantificar los riesgos meteorológicos en términos financieros, calcule el coste potencial de las interrupciones. Por ejemplo, estime el coste diario de la mano de obra ociosa, el coste del tiempo de inactividad de los equipos y el coste de los daños materiales. Al asignar valores a estos riesgos, puede justificar mejor los planes de contingencia y decidir dónde invertir en medidas de mitigación meteorológica.
El seguimiento de estos parámetros a lo largo del tiempo -y su integración en herramientas de gestión de la construcción o cuadros de mando- proporciona visibilidad en tiempo real, lo que permite a los equipos realizar ajustes rápidos y minimizar las interrupciones cuando se producen condiciones meteorológicas adversas.
Aumentar la resistencia a las condiciones meteorológicas es un planteamiento a largo plazo que comienza en la fase de planificación y continúa durante todo el ciclo de vida de la construcción. Al prepararse para el impacto inevitable e impredecible de las condiciones meteorológicas, los equipos de construcción pueden minimizar los retrasos, reducir los costes y mejorar los resultados generales del proyecto. A continuación se explica cómo tener en cuenta la gestión de riesgos meteorológicos en cada fase del proceso de construcción:
Planifique la durabilidad desde el principio: La base de la resistencia a las inclemencias del tiempo comienza en la fase de diseño. Los materiales y las características que se elijan influirán enormemente en el comportamiento de la estructura ante las inclemencias del tiempo.
Elija materiales duraderos: Opta por materiales que resistan las fluctuaciones de temperatura, la humedad y los daños causados por los rayos UV. Por ejemplo, el uso de revestimientos resistentes a la intemperie en las superficies exteriores puede proteger contra los daños causados por el agua.
Incorporar elementos de protección pasiva: Diseña la estructura teniendo en cuenta la resistencia a las inclemencias meteorológicas. Elementos como los voladizos, los cortavientos y los sistemas de drenaje pueden evitar los daños causados por el viento, la lluvia o la acumulación de nieve.
Utilice el modelado de información de construcción (BIM): El BIM permite simular cómo afectarán a la estructura las distintas condiciones meteorológicas. También puede modelar cómo los distintos fenómenos meteorológicos pueden afectar al calendario de construcción. Esto ayuda a identificar los puntos débiles desde el principio, de modo que puedan hacerse ajustes antes de que empiece el proyecto.
Una vez establecido el diseño, la planificación de los riesgos meteorológicos específicos es clave para evitar retrasos y costes adicionales.
Añada tiempo extra al programa: Prevea tiempo adicional para las actividades que puedan verse afectadas por fenómenos meteorológicos estacionales, como lluvias torrenciales o temperaturas extremadamente frías.
Elabore presupuestos de contingencia: Reserva fondos específicamente para retrasos o daños materiales relacionados con el tiempo. Si te preparas para lo peor, evitarás tener que buscar fondos si las cosas se tuercen.
Negocie acuerdos flexibles con los proveedores: Las condiciones meteorológicas pueden alterar las cadenas de suministro, por lo que conviene trabajar con proveedores dispuestos a ajustar los plazos de entrega en función de las previsiones meteorológicas.
Una vez que la construcción está en marcha, el seguimiento del tiempo en tiempo real es crucial para estar al tanto de las posibles interrupciones y garantizar la seguridad de los trabajadores.
Controle las condiciones meteorológicas en tiempo real: Instale sensores meteorológicos in situ y confíe en las estaciones meteorológicas locales para realizar un seguimiento de las condiciones. Configura alertas para avisar al equipo cuando se aproximen condiciones meteorológicas peligrosas.
Programe estratégicamente las actividades sensibles a las condiciones meteorológicas: Algunas actividades, como el vertido de hormigón o las operaciones de grúa, son especialmente vulnerables a las condiciones meteorológicas adversas. Programar estas tareas durante periodos favorables y realizar ajustes en función de las previsiones meteorológicas ayuda a minimizar las interrupciones.
Formar a los trabajadores para que reconozcan los riesgos meteorológicos: El mal tiempo puede poner en peligro la salud de los trabajadores. Es importante formar al equipo para que reconozca los primeros signos de agotamiento por calor, hipotermia o resbalones y caídas debidos a condiciones heladas. Tomar medidas proactivas para garantizar la seguridad de los trabajadores de la construcción en climas fríos puede ayudarle a prevenir lesiones y reducir los tiempos de inactividad.
Incluso una vez terminada la construcción, sigue siendo fundamental garantizar la resistencia de la estructura a las inclemencias del tiempo. He aquí algunos pasos finales para garantizar la durabilidad a largo plazo:
Realice inspecciones exhaustivas: Céntrese en las zonas con más probabilidades de verse afectadas por las inclemencias meteorológicas. Esto ayudará a identificar posibles puntos débiles antes de que causen daños a largo plazo.
Facilite a los clientes informes sobre la resistencia a las condiciones meteorológicas: Tras la finalización del proyecto, comparta un informe detallado que explique cómo se ha diseñado y construido la estructura para resistir las condiciones meteorológicas locales. Puede incluir recomendaciones de mantenimiento para garantizar la resistencia a lo largo del tiempo.
Documente los cambios relacionados con las condiciones meteorológicas: Lleve un registro de todos los ajustes relacionados con las condiciones meteorológicas realizados durante el proyecto. Esta documentación puede ser crucial para el mantenimiento futuro, las reclamaciones de garantía o la protección legal.
Las condiciones meteorológicas adversas son un riesgo inevitable en la construcción, pero no tienen por qué hacer descarrilar su proyecto. Adoptando un enfoque proactivo e integrando la resistencia a las condiciones meteorológicas en cada fase del ciclo de vida de la construcción -ya sea diseñando para la durabilidad, planificando para las condiciones meteorológicas previstas o realizando ajustes durante la ejecución- puede minimizar los retrasos, reducir los costes y garantizar el éxito a largo plazo de sus proyectos.
Con las evaluaciones de riesgos, las herramientas y las estrategias adecuadas, los directivos y los equipos no sólo pueden sobrevivir a las condiciones meteorológicas adversas, sino prosperar en ellas. La clave está en planificar con antelación, ser flexible y dar siempre prioridad a la seguridad, la durabilidad y la adaptabilidad frente a un clima impredecible.
Publicado:
28 de abril de 2025