Una inversión térmica se produce cuando el aire más frío queda atrapado bajo el aire más cálido, impidiendo la circulación normal del aire.
En una inversión térmica, el aire se calienta a mayor altura, creando una "tapa" que detiene el movimiento vertical del aire y suprime la convección. Esta interrupción de la circulación natural del aire puede provocar diversos efectos, como la formación de niebla y la supresión del tiempo.
Las inversiones térmicas suelen formarse en condiciones de cielo despejado, vientos en calma y enfriamiento rápido de la superficie por la noche. A medida que la superficie se enfría, el aire cerca del suelo se enfría, mientras que el aire por encima permanece más caliente. Esto hace que el aire más frío quede atrapado bajo el aire más cálido, formando una capa de inversión.
Las inversiones térmicas pueden variar en tamaño y duración. Algunas inversiones son localizadas y afectan a zonas pequeñas, como los valles, donde queda atrapado aire más frío. Estas inversiones pueden causar problemas localizados como heladas o niebla. Otras inversiones pueden cubrir zonas más extensas, como ciudades enteras o llanuras, especialmente durante largos periodos de tiempo tranquilo y despejado.
La duración de una inversión puede oscilar entre unas horas y varios días, dependiendo de las condiciones meteorológicas. La fuerza de las inversiones también puede variar: algunas sólo afectan al aire cerca del suelo, mientras que otras pueden extenderse kilómetros, impidiendo que el aire se mezcle y provocando efectos más significativos, como nieblas prolongadas o supresión del tiempo.
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