La circulación atmosférica global es el movimiento a gran escala del aire impulsado por el calentamiento desigual de la superficie de la Tierra debido a su inclinación axial, creando zonas de presión y patrones de viento distintos que distribuyen el calor y la humedad por todo el planeta.
Esto crea diferencias de presión que, a su vez, hacen que el aire se mueva siguiendo patrones de circulación a gran escala. Entender estos patrones y sus componentes, como las células de circulación, las corrientes en chorro y el efecto Coriolis, es clave para comprender cómo funcionan los sistemas meteorológicos de la Tierra.
La atmósfera se divide en tres células de circulación primarias en cada hemisferio: Células de Hadley, células de Ferrel y células polares. Estas células trabajan conjuntamente para transferir calor del ecuador a los polos e influyen en los patrones meteorológicos a escala mundial.
Tanto las corrientes en chorro como el efecto Coriolis son componentes críticos que influyen y conforman la circulación atmosférica global. Sus efectos están directamente relacionados con la forma en que el aire se desplaza por el planeta, lo que repercute en los patrones meteorológicos y el clima.
Ambas características influyen en la forma en que el aire circula por el planeta, afectando a todo, desde el tiempo cotidiano hasta los grandes sistemas climáticos.
El Niño y La Niña son fases de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno climático natural que altera los patrones típicos de la circulación atmosférica mundial, especialmente en el Océano Pacífico. Estas perturbaciones tienen amplias repercusiones en los sistemas meteorológicos de todo el mundo.
Tanto El Niño como La Niña ilustran cómo los cambios en las condiciones oceánicas y atmosféricas pueden alterar significativamente los patrones meteorológicos globales y modificar temporalmente el flujo típico de la atmósfera.
Comprender la circulación atmosférica mundial es esencial para predecir el tiempo y gestionar los efectos de los fenómenos climáticos en los ecosistemas, la agricultura y las infraestructuras.
La interacción de las células de circulación, las corrientes en chorro y el efecto Coriolis regula el clima de la Tierra, mientras que perturbaciones como El Niño y La Niña demuestran lo sensible que es el sistema a los cambios en las condiciones oceánicas y atmosféricas. Esto pone de relieve la interconexión del clima de la Tierra y la importancia de vigilar estos patrones para la previsión meteorológica a largo plazo.
Publicado:
9 de abril de 2025
Nombres alternativos:
Patrones de circulación mundial
Circulación atmosférica