Las células de Ferrel describen un patrón de circulación atmosférica que se produce aproximadamente entre los 30° y los 60° de latitud en ambos hemisferios y desempeñan un papel crucial en la transferencia de energía entre los trópicos y los polos, influyendo en los patrones meteorológicos y climáticos de las latitudes medias.
La célula de Ferrel, un componente clave de la circulación atmosférica global de la Tierra, funciona como parte de un sistema más amplio impulsado por el calentamiento desigual de la Tierra por el sol. La dinámica de las células Hadley y Polar impulsa indirectamente la célula de Ferrel. Esencialmente, las diferencias de presión creadas por las células Hadley y Polar generan el movimiento del aire en la célula de Ferrel.
Las células de Ferrel son esenciales para redistribuir el calor desde el ecuador hacia los polos. El movimiento de aire caliente hacia los polos ayuda a moderar las diferencias de temperatura entre los trópicos y las regiones polares, desempeñando un papel clave en la estabilización de los patrones de temperatura global. Además, la circulación dentro de la célula de Ferrel es responsable de las variaciones meteorológicas estacionales, incluidas las tormentas y las precipitaciones en las latitudes medias.
En esencia, las células de Ferrel son una parte vital de la circulación atmosférica de la Tierra. Impulsan el movimiento del aire en las latitudes medias e influyen en los patrones meteorológicos, en particular en el desarrollo de sistemas de bajas presiones, tormentas y vientos del oeste que afectan a gran parte del clima mundial. Estas células desempeñan un papel importante en la conformación de los climas de regiones como Estados Unidos, Europa y partes de Asia, influyendo en todos los aspectos, desde los regímenes de precipitaciones hasta la regulación de la temperatura.
Publicado:
9 de abril de 2025
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