Los modelos climáticos son complejas representaciones matemáticas del sistema climático de la Tierra que se utilizan para comprender los patrones climáticos del pasado y predecir los cambios futuros.
Los modelos climáticos abarcan desde los más sencillos, centrados en procesos específicos, hasta los más completos, de circulación general, que tienen en cuenta una amplia gama de factores, como las emisiones de gases de efecto invernadero, la radiación solar, la formación de nubes y las corrientes oceánicas. Los científicos utilizan estos modelos para estudiar la variabilidad del clima, evaluar el impacto de las actividades humanas y proyectar escenarios futuros basados en distintos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para garantizar su precisión, los modelos climáticos se contrastan con datos climáticos históricos y se perfeccionan con el tiempo. Aunque ningún modelo puede predecir el futuro con absoluta certeza, proporcionan información valiosa sobre las tendencias a largo plazo, como el calentamiento global, la subida del nivel del mar y los cambios en los patrones meteorológicos. Estas predicciones ayudan a gobiernos, empresas y comunidades a prepararse y mitigar los efectos del cambio climático.
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